No se porqué, pero desde siempre he tenido una fijación exótica por los aviones de Lufthansa. Su esquema simple y sobrio me agrada de sobremanera. Hace un par de años, vino como vuelo charter un Airbus A340-600 al que fui a esperar como corresponde, faltando a los deberes diarios. Por allá por esas fechas, también apareció un carguero MD11 de Lufthansa el que me perdí y me prometí que no volvería a pasar si se repetía la oportunidad. Este año, hace ya un par de semanas, apareció nuevamente y sin aviso un carguero de Lufthansa. Me lo perdí obviamente, pero alguien me enciende la ampolleta cuando me pregunta. "Será ese el único vuelo o habrá algo más?". Y utilizando mi veta periodística e investigativa, me puse a buscar información al respecto. Y para mi sorpresa encontré absolutamente todos los detalles de las visitas de este amigo a Santiago. Ya tenía todos los días en los que vendría como también sus horarios. En el papel se veía perfecto, porque aunque llegaba sin luz por la mañana, partía a muy buena hora a Buenos Aires. En total eran 3 vuelos a EZE y 2 a VCP. Ya nos habíamos perdido el primero, pero como en las 4 oportunidades restante no podríamos capturarlo?. Llega la segunda venida y puntualmente aterriza en Santiago a las 6.30 AM, asi que espero por su salida programada para las 8.30 AM. Para mi pésima suerte los controladores de tráfico de EZE están en paro y los vuelos están demorados. Ya pasada las 9 AM me retiro a mi trabajo y finalmente el avión despega rumbo a EZE a las 14.30 horas, pésima hora para una foto. No importa, tengo mas oportunidades. La semana siguiente, espero porque se atrase solo unos minutos ya que indicaba hora de arribo a Santiago a las 6.40 AM. Si se atrasaba 20 minutos lo tenía con luz, pero los alemanes son extremadamente puntuales y aterriza a las 6.42 AM.
Me voy rápidamente al sector de carga donde está Fernando esperando también, para tomarle una foto antes de que le coloquen la escala y lo empiecen a tapar con equipos.
Nuevamente su plan indica que la salida está programada para las 8.30 AM rumbo a EZE. A las 8.30, el avión continua con las puertas abiertas y a las 9 sigue igual. Se repetía nuevamente la historia, por lo que derrotado por segunda nos retiramos a nuestras labores diarias. El avión finalmente despega a las 11.30 AM, en esta época y pésima hora para las fotos.
Su siguiente visita era nocturna, por lo que no hacemos ningún tipo de preparativo y nos empezamos a programar para la visita final, el martes 13 de diciembre. Este día viene de Viracopos, Brasil, llegando a Santiago a las 16.20, horario que cumple con una puntualidad extrema. En una jugada peligrosa, decidimos no ir a esperarlo en la llegada y apostar todas nuestras cartas a verlo en la salida que estaba programada para las 18.40. Por la hora, solo había un lugar donde atraparlo. Desde la terraza del terminal. Asi que a las 6 PM nos apostamos en este lugar con Fernando, esperando que no nos decepcione. Todo estaba complicado, la terraza está tapada por muchos postes y arboles, por lo que el lugar para la foto es muy pequeño, además no sabíamos cuanta carga llevaba, por lo que el punto de rotación era también incierto. A las 18.40 el avión seguía detenido en la loza de carga, por lo que mis peores pesadillas, empezaban a hacerse realidad. El avión cambia plan de vuelo para las 19.40 lo que nos dejaba un pequeño margen de error. Gracias a todos los dioses spotters, puntualmente a las 19.40 el avión solicita tractado y puesta en marcha. La torre le indica pista 17L y ahora solo queda esperar a que rote de tal forma que podamos verlo libre de obstáculo. Comienza su carrera de despegue y cuando aparece frente a nuestros ojos, viene increiblemente mas bajo de lo que esperabamos, afortunadamente se eleva rápido y lo podemos atrapar entre los postes.
Y con este hermoso despegue, termina mi relación de amor-odio con este esquivo carguero. Espero verlo nuevamente por nuestras tierras.
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